El nombre de "Angelita", o anhidrita, es de origen griego y significa "sin agua". Este cristal se forma a partir de celestita comprimida a la que se le ha extraído el agua a lo largo de miles de años.
Es el primer cristal acuariana de la Nueva Era que adquirió importancia durante la "Convergencia Armónica" de 1986 en Perú, cuando los "guardianes de los días" se reunieron para dar la bienvenida de la "nueva era dorada".
La Angelita se usa para conectar conscientemente con los reinos angélicos, sintonizándose con la vibración celestial de este cristal. Aporta paz interior, tranquilidad, calma y enfoque de los reinos más elevados de la luz celestial.
Es un sintonizador con el reino angélico, y también quien los lleva con los reinos espirituales más elevados.
Psicológicamente, es un cristal que ayuda a combatir el miedo a decir la verdad. Potencia la bondad y da conciencia social, y profundidad emocional. Infunde sabiduría y contrarresta la crueldad y la brutalidad.
Mentalmente, enseña aceptación del yo y por eso ayuda a aportar una aceptación de calma de los rasgos de personalidad que han causado angustia mental. Te asienta en el momento presente, permitiéndose liberar aquello que ya no sirve al bien mayor.
Emocionalmente potencia las habilidades telepáticas que te ayudan a interactuar con los demás a un nivel emocional superior.
Físicamente, reduce la presión sanguínea, alivia las quemaduras del sol y equilibra la hiperactividad de la tiroides. Equilibra las funciones fluidas del cuerpo y libera los excesos del peso corporal. Alivia la hinchazón y los problemas pulmonares.
Un masaje con Angelita aplicado a los pies y a las piernas abre los meridianos, y limpia rápidamente cualquier bloqueo energético.
La Angelita potencia los sonidos sanadores y los ejercicios de canto destinados a equilibrar los chakras.